Este modelo pedagógico sostiene que el contenido curricular debe ser enfocado en una flexibilidad del aprendizaje pero no una flexibilidad guiada a la pereza; que el estudiante pueda desarrollarse naturalmente pero también a medida que vaya creciendo ir adquiriendo conocimiento que le sirva no solo para su futuro profesional sino para el bien de su comunidad y poder aportar y proyectar al mundo nuevos pensamientos que sirvan para progresar en comunidad. También debe crearse una disciplina y fijar unos objetivos que servirán de guía para un largo camino que debe recorrer el alumno aunque no serán estrictamente seguidos sino solamente basarse en ellos, y lo más importante se debe inculcar en el estudiante una conciencia que le interese no solo la parte individual sino también la social; así que al nutrir su parte individual el alumno debe preocuparse por indagar, preguntar, buscar, crear, es decir estimular todo su conocimiento para su crecimiento intelectual, además el estudiante debe tener imaginación y una libertad de expresión, sueños que vayan atados a sus metas para su profesionalización a futuro; en la parte social debe ser una ayuda no solo a su comunidad sino a todas las personas en general, debe buscar un bien común pero sobre todo crear una conciencia ecológica que se preocupe por el bienestar del planeta y su mantenimiento.
Así que el modelo curricular debe dejar que la persona sea creativa, abierta y que dé a conocer sus opiniones a los demás pero también debe ayudarse con guías y reglas que guiaran su comportamiento con una disciplina que no deberá ser ni muy rígida ni muy suave.
Las experiencias y conocimientos que se adquieren en el estudio deben ser compartidos y exteriorizados, ya que el empirismo cultural que se presenta en la sociedad es de gran ayuda para poder plantear metas pedagógicas con los receptores de la información.
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